
Lady Phillys: Algunas canciones no estaban mal...
Andy: Sí, puede ser. Pero esas letras... tanto cosmos, arco iris, flores, pajaritos... Da la impresión que estaban pidiendo a gritos que alguien se los empome.
Lady Phillys: Bueno, estaba el asunto del pelo largo y la ropa de colores. Era muy sospechoso. Recuerdo que algunos les tiraban el fideo a los turistas en Piccadilly por monedas.
Andy: Serían muy pocas monedas para que te toquen esos mugrientos.
Lady Phillys: Después se gastaban todo en drogas. Expandir la conciencia le decían...
Andy: ¡Lo único que expandieron fué el ocote!
Lady Phillys: ¡Y las chicas eran tan peludas! Mi marido siempre contaba que para culiarse a una hippie había que darle plata a las ladillas para que se fueran un rato al cine.
Andy: ¿Y qué me dice de las artesanías?
Lady Phillys: ¡Que basura! Hay que ser tarado para comprar alguna de esas mierdas...
Andy: O estar muy aburrido un domingo a la tarde como para ir a una feria...
Lady Phillys: ¿Pero porqué no alquilan una porno, o van a la cancha digo yo?
Andy: No sé. Un amigo mío quiso ir a una plaza a vender unos discos y los hippies le quisieron cobrar por el espacio.
Lady Phillys: ¿Pero no es un espacio público?
Andy: ¡Las pelotas público! ¡Lo terminó echando un gordo que vendía tuqueras y esos sahumerios del orto!
Lady Phillys: A mí los sahumerios y el pachuli me revuelven el estómago y me hacen gomitar.
Andy: Sí, yo apenas huelo uno tengo que prender un cigarrillo.
Lady Phillys: Bueno, pero para ellos tienen un significado ritual. Los usan para meditar.
Andy: Para que meditarán tanto si siempre llegan a lo mismo: que todos somos uno y uno somos todos y esas giladas...
Lady Phillys: Es lo que dicen esos gurúes. Una vecina mía tiene una hija medio boluda que fué a la India para seguir a uno y volvió con el bombo y dos negritos a upa. Todos del Maestro. Y está más boluda que antes. (Un corto silencio) ¿Quiere venir a cenar a casa? A mi marido le va a caer bien usted.
Andy: Na, le agradezco. Voy a seguir escabiando acá.
Lady Phillys: Bueno, lo veo el domingo que viene entonces.
Andy: OK.
Andy: Sí, puede ser. Pero esas letras... tanto cosmos, arco iris, flores, pajaritos... Da la impresión que estaban pidiendo a gritos que alguien se los empome.
Lady Phillys: Bueno, estaba el asunto del pelo largo y la ropa de colores. Era muy sospechoso. Recuerdo que algunos les tiraban el fideo a los turistas en Piccadilly por monedas.
Andy: Serían muy pocas monedas para que te toquen esos mugrientos.
Lady Phillys: Después se gastaban todo en drogas. Expandir la conciencia le decían...
Andy: ¡Lo único que expandieron fué el ocote!
Lady Phillys: ¡Y las chicas eran tan peludas! Mi marido siempre contaba que para culiarse a una hippie había que darle plata a las ladillas para que se fueran un rato al cine.
Andy: ¿Y qué me dice de las artesanías?
Lady Phillys: ¡Que basura! Hay que ser tarado para comprar alguna de esas mierdas...
Andy: O estar muy aburrido un domingo a la tarde como para ir a una feria...
Lady Phillys: ¿Pero porqué no alquilan una porno, o van a la cancha digo yo?
Andy: No sé. Un amigo mío quiso ir a una plaza a vender unos discos y los hippies le quisieron cobrar por el espacio.
Lady Phillys: ¿Pero no es un espacio público?
Andy: ¡Las pelotas público! ¡Lo terminó echando un gordo que vendía tuqueras y esos sahumerios del orto!
Lady Phillys: A mí los sahumerios y el pachuli me revuelven el estómago y me hacen gomitar.
Andy: Sí, yo apenas huelo uno tengo que prender un cigarrillo.
Lady Phillys: Bueno, pero para ellos tienen un significado ritual. Los usan para meditar.
Andy: Para que meditarán tanto si siempre llegan a lo mismo: que todos somos uno y uno somos todos y esas giladas...
Lady Phillys: Es lo que dicen esos gurúes. Una vecina mía tiene una hija medio boluda que fué a la India para seguir a uno y volvió con el bombo y dos negritos a upa. Todos del Maestro. Y está más boluda que antes. (Un corto silencio) ¿Quiere venir a cenar a casa? A mi marido le va a caer bien usted.
Andy: Na, le agradezco. Voy a seguir escabiando acá.
Lady Phillys: Bueno, lo veo el domingo que viene entonces.
Andy: OK.
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