Los manifestantes, de cabezas rapadas y túnicas color naranja, pedían que el estado les otorgara subsidios y netbooks. Y a eso de las 9 ya habían cortado todas las calles circundantes a la plaza, con el consecuente caos vehicular y pérdida del presentismo.
Exactamente a las 10.30, una legión de ángeles surgió de entre las nubes del este, por sobre el río, y cayó sobre los hare krishnas en cuestión de segundos. Portando sables láser y garrotes de oro con pinches de piedras preciosas, los ángeles hicieron una veloz pasada sobre los manifestantes, machacándolos sin piedad, para luego tomar posiciones sobre el techo del Cabildo.
El Arcángel Miguel, jefe de esta legión, quedó flotando sobre la Pirámide de Mayo envuelto en un globo de luz, y con un megáfono intimó a los hare krishnas a que despejaran la entrada de la Catedral y “dar acceso a los verdaderos creyentes a la casa del Señor”.
Dejando atrás gran cantidad de muertos y heridos, casi todos horriblemente mutilados, los manifestantes que todavía podían moverse se reagruparon en el centro de la plaza. Hubo un conato de resistencia de parte de los hare krishnas más jóvenes, que comenzaron a tirar piedras y botellas al arcángel flotante. Sin embargo, los proyectiles rebotaron en el escudo electromagnético de Miguel, que fulminó a los revoltosos con rayos láser que salían de su sable.
El final de la batalla vino cuando, a una señal de Miguel, una segunda legión de ángeles entró volando a la plaza por la calle Defensa y diezmó a los infieles. Unos pocos sobrevivientes se dieron a la fuga, el resto optó por la rendición. Obligados a ponerse de rodillas, fueron bautizados in situ por el arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, Cardenal Jorge Mario Bergoglio.
Lamentablemente, la cruzada tuvo como saldo una víctima inocente. El señor David Isaac Jachowitz, de religión judía, fué alcanzado por “fuego amigo” y debieron amputársele las dos piernas a la altura de la ingle. Por suerte, ya se encuentra en franca recuperación, rodeado de sus afectos. Una comitiva angélica lo visitó esta tarde en la clínica en donde se encuentra llevándole sinceras disculpas por el trágico error, más un sable láser (desactivado) y un garrote de oro.
Samael, lugarteniente de Miguel, declaró que “siempre hay daño colateral, no somos infalibles”. Requerido por la prensa acerca de si las órdenes recibidas del Supremo incluían el ataque a objetivos judíos, Samael contestó que “no, por ahora no”.
Pitito
Horas después, algunos testigos comentaron su asombro ante el enorme porte del Arcángel Miguel. Calculan su altura en no menos de 6 metros. Cubierto hasta las rodillas con una especie de sotana blanca, los que lo vieron desde abajo coincidieron en que no llevaba calzoncillos. Y aseguran que sus genitales eran minúsculos y lampiños, “como los de un bebé.”
Un señor, que prefirió no dar su nombre, dijo que “se parecía a Gladiador” (por el actor australiano Russell Crowe), “pero mucho más rubio y afeitado.” E insistió: “tenía un pitito chiquitito.”
Que historia:-S
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