
Leopoldo Batittessa, de 52 años y preso en el penal de Dolores por estafas reiteradas, se negó esta mañana a recibir a su concubina Felisa Latrónica, de 46, que lo visitaba para consumar la mensual "visita higiénica" que le corresponde al reo. "Apenas entró a la celda me pareció estar en el puerto de Mar del Plata en verano y a la hora de la siesta", confesó Batittessa, "la catinga que traía la Felisa era como para ganar la guerra con armas químicas, tendríamos que vendérsela a Saddam. Si hasta se asomaron otros presos para preguntar quién se había muerto. Entonces la eché y le dije que se vaya a bañar, a ver si me pega una pudrición".
Por su parte, la mujer se defendió de la acusación: "Yo me bañé ayer, pero entre estos calores y el viaje en tren hasta Dolores una se suda. Los guardias tendrían que ayudar un poco y manguerear en el patio a las mujeres que van de visita, como hacen con los presos cuando se retoban. O por lo menos que nos dejen dar un bidetazo". Con respecto al futuro, Latrónica afirmó que "ahora me calenté, si el señorito tan fino que es no me pide disculpas, por mí que se coja una sandía".
"Son las calores, yo me bañé"
Por su parte, la mujer se defendió de la acusación: "Yo me bañé ayer, pero entre estos calores y el viaje en tren hasta Dolores una se suda. Los guardias tendrían que ayudar un poco y manguerear en el patio a las mujeres que van de visita, como hacen con los presos cuando se retoban. O por lo menos que nos dejen dar un bidetazo". Con respecto al futuro, Latrónica afirmó que "ahora me calenté, si el señorito tan fino que es no me pide disculpas, por mí que se coja una sandía".

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