Un perdedor se alegra por su amigo

"Está bien, yo no soy digno ni de tocarla con un palo".

En el momento exacto en el que un gordo de baja autoestima se acercaba al amor de su vida para darle un regalo, vió que un amigo se la estaba apretando. "El Ruben (su amigo) hizo bien. Sabía que esa noche yo iba a declarármele a la Yanina, pero no puedo ir en contra del amor entre personas normales". El regalo (un cenicero hecho con caracoles) se lo dió a su madre, que quedó chocha.